La agricultura sostenible es un enfoque de producción agrícola que busca maximizar la productividad y rentabilidad de los cultivos y ganadería, mientras se minimiza el impacto negativo en el medio ambiente y se asegura una gestión responsable de los recursos naturales. Se basa en prácticas agrícolas que promueven la salud del suelo, la biodiversidad, la calidad del agua y del aire, y el bienestar animal. Estas prácticas pueden incluir la rotación de cultivos, el uso de fertilizantes orgánicos, el control biológico de plagas, la conservación de la energía y la reducción de residuos y emisiones de gases de efecto invernadero. La agricultura sostenible tiene como objetivo mantener la producción agrícola a largo plazo, protegiendo al mismo tiempo la salud del medio ambiente y las comunidades rurales que dependen de la agricultura como fuente de vida y subsistencia.

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