La fusión nuclear es un proceso en el que dos núcleos atómicos se combinan para formar un núcleo más pesado y liberar una gran cantidad de energía en el proceso. La fusión ocurre naturalmente en el sol, donde la energía es generada por la fusión de núcleos de hidrógeno para formar núcleos de helio. Este proceso ha sido objeto de investigación por parte de científicos durante décadas, ya que si se puede controlar, la fusión nuclear podría ser una fuente de energía limpia y abundante para el futuro.
El principal desafío de la fusión nuclear es controlar el proceso. La fusión requiere temperaturas extremadamente altas, del orden de millones de grados Celsius, para superar la repulsión electrostática entre los núcleos y permitir que se fusionen. Los científicos han estado investigando diferentes formas de crear y mantener estas temperaturas extremas, incluyendo el uso de campos magnéticos para confinar un plasma caliente y denso, o el uso de haces de partículas para calentar el combustible de fusión.
Varios proyectos de fusión nuclear están en marcha en todo el mundo, incluido el ITER en Francia, que es un proyecto de colaboración internacional que tiene como objetivo demostrar la viabilidad técnica y científica de la fusión nuclear. También hay empresas privadas que están trabajando en la fusión nuclear, como Tokamak Energy en el Reino Unido y General Fusion en Canadá.
Si se puede lograr el control de la fusión nuclear de manera efectiva, podría ser una fuente de energía limpia y segura que no produce emisiones de gases de efecto invernadero ni residuos radiactivos a largo plazo, a diferencia de la energía nuclear de fisión. Sin embargo, aún quedan muchos desafíos técnicos y científicos por superar antes de que la fusión nuclear se convierta en una fuente de energía práctica y económica.