REVELACIÓN EXTRATERRESTRE
¿La verdad está hay fuera?
A la desclasificación de informes y filmaciones sobre ovnis por parte de diversas ramas del ejército de EE UU, se suman las declaraciones de los más altos cargos militares y de inteligencia del país, que están hablando sobre la realidad de los fenómenos paranormales relacionados con los ovnis.
Sobre el mes de junio de 2021, Luis Elizondo, director hasta 2017 del Programa Avanzado de Identificación de Amenazas Aeroespaciales del Pentágono, aseguró: «Hay algo en el cielo y no sabemos que es». Y añadió que si el pueblo estadounidense afrontó el ataque a las Torres Gemelas y los efectos de la pandemia del Covid 19, está preparado para conocer la verdad sobre los ovnis. Para Elizondo, ocultar esta información en pleno siglo XXI es absurdo, y va en contra de las libertades del pueblo americano.
John O. Brennan, director de la CIA entre 2013 y 2017, también tuvo que decir sobre el fenómeno OVNI: «Creo que algunos de los fenómenos que seguiremos viendo continuarán sin explicación, y podrían, de hecho, ser algún tipo de manifestación que sea el resultado de algo que todavía no entendemos y que podría implicar algún tipo de actividad que algunos podrían decir que constituye una forma de vida diferente», un mensaje poco clarificador pero a la vez revelador, como queriendo decir a la población que se prepare para aceptar que si que hay vida extraterrestre y que incluso puede estar entre nosotros (esto es cosecha propia).
R. James Woolsey, director de la CIA entre 1993 y 1995 soltó esta perla: «No soy tan escéptico como hace unos años, pero está ocurriendo algo que está acojonando a pilotos experimentados»
Estas declaraciones y las revelaciones sobre el programa OVNI del Pentágono que la prensa seria de los Estados Unidos lleva publicando desde hace cuatro años, han generado un enorme interés por el tema entre los políticos y militares de más alto nivel.
Hace poco tiempo se ha conocido que en 2019, al menos seir buques de la Marina de los Estados Unidos que se hallaban de maniobras en las aguas de la isla de San Clemente, frente a las costa de California, se toparon con varios objetos voladores no identificados que llegaron a seguir y acosar a estos navíos.
Durante cuatro noches, seis aeronaves de procedencia desconocida se acercaron a la flota, volando a diferentes altitudes y llegando a situarse sobre la cubierta de los barcos.
Adam Kehoe y Marc Cecotti recopilan estos acontecimientos en un artículo titulado Multiple destroyers were swamed by mysterious «drones» off California over numerous nights (artículo publicado el 23 de marzo de 2021):
«En julio de 2019 sucedieron una serie de eventos realmente extraños en las Islas del Canal de California. Durante varios días, grupos de aeronaves no identificadas, a los que la Marina de Estados Unidos simplemente se refiere como «drones» o «UAV» (acrónimo en inglés de Vehículo Aéreo no Tripulado), persiguieron a los buques que formaban esta escuadra, lo que provocó una investigación de alto nivel. Durante los encuentros nocturnos, se informó de que hasta seis aeronaves a la vez pulularon alrededor de los barcos. Se describió que los «drones» volaban durante períodos prolongados en condiciones de baja visibilidad y realizaban maniobras descaradas sobre los buques de guerra de la Armada, cerca de un campo de entrenamiento militar de alto secreto a menos de 100 millas de los Ángeles…
… La investigación subsiguiente incluyó integrantes de la Armada, la Guardia Costera y el FBI. Los incidentes recibieron una gran atención, incluso por parte del Jefe de Operaciones Navales, la cúspide de la cadena de mando de la Marina de los Estados Unidos.
El año pasado, el director de documentales Dave Beaty descubrió los detalles iniciales sobre los eventos centrados en el destructor USS Kidd (DDG-100). Ese relato inaugural describió un tenso encuentro, que culminó con el despliegue de los equipos de inteligencia de abordo.
Los nuevos documentos amplían de manera significativa el conocimiento del público sobre el alcance y la gravedad de ese incidente, y revelan otros sucesos que ocurrieron casi al mismo tiempo. Estos detalles provienen en gran parte de nuestras solicitudes a través de la Ley de Libertad de Información (FOIA, por sus siglas en ingles), que consiguieron la publicación de los registros de cubierta de los barcos involucrados».
Gracias a esa información preliminar, los investigadores civiles pudieron comprobar que los incidentes anómalos se ampliaban a otros buques, ya que había «varios barcos en las proximidades del USS Kidd durante los incidentes en cuestión, incluidos los destructores de la Marina estadounidense, el USS Rafael Peralta, USS Russell, USS John Finn y el USS Paul Hamilton. Las posteriores solicitudes elevadas a la FOIA para obtener los registros de esos barcos, nos permitieron contruir una imagen completa de los eventos en su conjunto»
Según han descubierto estos periodistas, el primer avistamiento ocurrió el 14 de julio de 2019, cuando parte de la tripulación del USS Kidd, alrededor de las 22:00 horas, avistó un UAP (acrónimo en ingles de Fenómeno Aéreo No Identificado) que fue registrado por los sofisticados equipos de detección y grabación del barco.
¿AMENAZA AÉREA?
Adam Kehoe y Marc Cecotti informan: «Menos de diez minutos después del avistamiento, el USS Kidd informó de la situación al USS Rafael Peralta. Los registros del USS Rafael Peralta muestra que alrededor de las 22:00 horas activó su propio equipo SNOOPIE (un equipo compuesto por marineros que se encargan de recopilar información sobre los contactos aéreos y de superficie que se acercan a un buque de la Armada de los Estados Unidos). También se comprueba la existencia de informes de avistamientos adicionales que provenían del USS John Finn».
No obstante, no contamos con demasiados detalles concretos sobre estos misteriosos intrusos: «Poco después del avistamiento inicial se detectó una luz roja intermitente. Entre las entradas más dramáticas en los registros oficiales de este incidente se encuentra una del USS Rafael Peralta, que describe una luz blanca flotando sobre la cubierta de vuelo del barco. La anotación refleja que el «dron» logró igualar la velocidad del destructor, moviéndose a 16 nudos para mantener una posición flotante sobre la plataforma de aterrizaje del helicóptero del barco. Para complicar aún más lo que ya era una maniobra compleja, el «dron» operaba en condiciones de baja visibilidad (menos de una milla nautica) y de noche. en este punto, el encuentro había durado más de 90 minutos, significativamente más de lo que los drones disponibles comercialmente pueden soportar».
Pero los OVNIS regresaron: «A la noche siguiente, el 15 de julio de 2019, fue el USS Rafael Peralta el primero en detectar los objetos y desplegar sus equipos SNOOPIE a las 8:39 p.m.. A las 9:00 p.m., el USS Kidd también había detectado los «drones» y desplegó de nuevo su equipo SNOOPIE. Los «drones» parecen haber seguido a los barcos, incluso cuando continuaron maniobrando durante el incidente. a las 9:20 p.m., los registros del USS Kidd simplemente comentan «múltiples UAV alrededor del barco» (…). Aproximadamente al mismo tiempo, el USS Russell detecta una frenética actividad: los registros describen «drones» que caen en altura y aparentemente se mueven hacia adelante y hacia atrás de izquierda a derecha.
Mientras tanto, el USS Rafael Peralta recibió una llamada de radio de un crucero que pasaba por la zona, el Carnival Imagination, notificándoles que los «drones» no eran de ellos, y que también estaban avistando hasta cinco o seis «drones» maniobrando cerca. El incidente continuó hasta la noche, con el USS Rafael Peralta registrando primero dos UAV y luego cuatro UAV cerca de su barco. Acercándose la media noche, el USS Russell informa de un avistamiento final.
A pesar de la duración de casi tres horas del evento, ninguno de los buques de guerra involucrados parece haber podído identificar a los «drones». En contraste con la primera noche, la segunda serie de encuentros ocurrió más cerca de la costa. Varios de los avistamientos de «drones» colocaron su posición entre la isla de San Clemente y San Diego.
TECNOLOGÍA DE OTRO MUNDO
Como era de esperar para un conjunto de encuentros tan inusuales, parece que se inició una investigación formal de inmediato. Mencionaron que la información iría directamente al comandante de la Flota del Pacífico y al jefe de Operaciones Navales, el máximo responsable de la jerarquía de la Armada y miembro de Estado Mayor conjunto. En ese momento, un agente de la oficina del FBI en Los Ángeles estaba incluido en la cadena de correos electrónicos. La información preliminar indicó que, si bien el buque ORV Alguita tenía drones a bordo, estos tenían capacidades muy limitadas.
Casi desde el principio, se descartó la posibilidad de que fueran drones de algún barco militar estadounidense. Por ejemplo, uno de los drones disponibles era el Phantom IV, un pequeño quadcopter que tiene un tiempo máximo de vuelo de 28 minutos.
Pero hubo más incidentes anómalos protagonizados por misteriosas aeronaves: «Los incidentes con «drones» comenzaron a ocurrir reiteradamente en esa época. Los nuevos avistamientos ocurrieron durante las primeras horas del 25 y 30 de julio, justo cuando los investigadores comenzaban a analizar informes clasificados y todavía buscaban identificar las intenciones que podrían ocultarse detrás de las incursiones del 14 y 15 de julio».
Durante la rueda de prensa, los periodistas preguntaron al jefe de Operaciones Navales, el almirante Michael Gilday, sobre estos controvertidos incidentes y si había podido identificar la procedencia de los objetos. A lo que se limitó a responder: «No, no lo hemos echo. Soy consciente de esos avistamientos y, como se ha informado, ha habido otros avistamientos de pilotos en el aire y de otros barcos, no solo de EE UU, sino de otras naciones y, por supuesto, de otros elementos dentro de la Fuerza Conjunta de EE UU. Esos hallazgos se han recopilado y todavía se están analizando. No tengo nada nuevo que informar. Pero les diré que tenemos un proceso bien establecido en toda la Fuerza Conjunta para recopilar esos datos y llevarlos a un archivo separado para su análisis».
Luis Elizondo también opinó sobre estos incidentes protagonizados por los buques de la Marina: «No estamos tratando con drones en absoluto. No son drones, no tenemos ni idea de lo que son». Además, señaló que se están cambiando los términos en los informes para confundir a la prensa y a los investigadores: «Utilizan la palabra UAP para no asustar a la gente». Para el exdirector del programa OVNI del Pentágono, estos múltiples avistamientos no están provocados por drones de EE UU, ni mucho menos de un país extranjero, porque eso supondría que algún ejército de otra nación tendría la capacidad de volar sobre instalaciones militares de EE UU altamente restringidas, incluidas bases nucleares, y controlar los dispositivos de dichas instalaciones.
«Esto es un mal escenario -aseguró Elizondo-, no podemos contrarrestar estas incursiones. Hay algún tipo de tecnología que está volando sobre nuestras instalaciones nucleares y no hay nada que podamos hacer para impedirlo, y puede desconectar nuestro armamento a voluntad».
Elizondo confesó que eso también había ocurrido en otros países, como Rusia, de modo que en su opinión los OVNIs son un problema global.
EL INFORME OVNI DEFINITIVO
La noticia sorprendió a propios y extraños. El Comité de Inteligencia del Senado solicitó al director de Inteligencia Nacional que, en colaboración con el Departamento de Defensa, proporcionara un detallado y exhaustivo documento público, antes del 25 de julio de 2021, donde se especifiquen los avistamientos inexplicables de aeronaves y drones avanzados reportados por personal militar o capturados por radares, satélites y otros sistemas de vigilancia.
La solicitud se produjo al calor de las asombrosas revelaciones efectuadas en 2017, cuando se descubrió que el Pentágono estaba investigando una serie de intrusiones inexplicables en el espacio aéreo militar, y que había invertido en ello 22 millones de dólares. Además, se supo que existían filmaciones y fotografías de estas misteriosas aeronaves.
Por ese motivo, el 4 de agosto de 2020, el subsecretario de Defensa, David L. Norquist, aprobó la creación de Grupo de Trabajo sobre Fenómenos Aéreos No Identificados (UAPTF, por sus siglas en inglés), que estaría al cargo del Departamento de la Marina, concretamente de la Subsecretaría de Defensa para Inteligencia y Seguridad. El objetivo de esta comisión era revisar toda la información existente sobre los UAP, además de detectar, analizar y catalogar los fenómenos aéreos desconocidos que puedan representar una amenaza para la seguridad nacional de EE UU. El plazo estimado fue de 180 días (hasta el 1 de junio de 2021) para representar ante el Congreso las conclusiones de su trabajo. El informe deberá ser entregado al presidente de la Comisión de Inteligencia del Senado, el senador Marco Rubio, y al Secretario de Defensa.
El propio senador Marco Rubio declaró al portal Mystery Wire lo que sigue: «Esta es una ecuación muy sencilla para mi. Hay cosas volando sobre nuestras instalaciones militares. No sabemos qué son ni de dónde vienen. No sabemos si proceden de algún otro país y necesitamos conocer la respuesta a esa pregunta, así de simple». Hay que señalar que desde 2017, tras hacerse público, con enorme expectación mediática, la existencia del programa OVNI del Pentágono, ninguno de los numerosos comunicados emitidos por las autoridades norteamericanas ha ofrecido explicaciones sobre el origen de estas aeronaves, más que reafirmar la seriedad del problema. Lo único claro es que no se trata de fenómenos naturales, sino de aeronaves que actúan de forma inteligente y controlada.
«TENEMOS QUE SABER QUE SON»
El investigador sueco Roger Glassel preguntó recientemente el Departamento de Defensa estadounidense por las actividades que está desarrollando el UAPTF: «¿Trabaja al UATPF con algún miembro de la comunidad científica para analizar y obtener conocimientos y perspectivas científicas sobre la naturaleza y el origen de los fenómenos aéreos no identificados?».
La respuesta fue ofrecida por la portavoz del Departamento de Defensa Susan Gouth: «La UATPF se coordina con diversa organizaciones del Departamento de Defensa y de los departamentos militares, así como con otras agencias federales, y puede llegar a la comunidad científica. No vamos a comentar las organizaciones o agencias específicas.
Cristopher Mellon, subsecretario adjunto de defensa para Inteligencia en las administraciones de Clinton y George W. Bush, aseguró que el grupo de trabajo organizado por el Pentágono cuanta con poco personal y escasos recursos, además de obtener un éxito moderado en la adquisición de informes, vídeos u otras pruebas recopiladas por fuentes militares. Mellon no dudó en señalar: «Sé que la Fuerza Aérea le ha negado al UAPTF el acceso a la información pertinente y que han sido muy opacos. Eso es decepcionante pero no inesperado».
Por su parte Susan Gouth, portavoz del Departamento de Defensa, se negó a abordar las críticas: «Para proteger a nuestra gente, mantener la seguridad operativa y salvaguardar los métodos de inteligencia, no discutimos públicamente los detalles de las observaciones de UAP, el grupo de trabajo o las investigaciones».
El informe que se está preparando también debe incluir «un análisis detallado de los datos del FBI derivados de las investigaciones de intrusiones de fenómenos aéreos no identificados de EE UU». Mellon opina que «tienen que repetir ese laborioso proceso con decenas de agencias diferentes», entre ellas el Ejército, la CIA, la Oficina de Reconocimiento Nacional, la Agencia de Inteligencia de Defensa y la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa».
Un portavoz de la directora de Inteligencia Nacional, Avril Hanies, aseguró que el informe del Congreso está en proceso, pero se negó a ofrecer más detalles: «Somos conscientes del requisito y responderemos en consecuencia. Es probable que una gran parte del público perciba cualquier retraso en la entrega como un intento del Gobierno de ocultar lo que sabe. Pero existe una presión creciente del Congreso para un esfuerzo más organizado para recopilar lo que el Gobierno ha aprendido y revelar cómo está tratando de resolver estos misterios».
En senador republicano Marco Rubio, uno de los abanderados en la nueva cruzada por la desclasificación OVNI, dijo: «Tenemos que intentar saber de qué se trata esto. Quizás hay una explicación lógica. ¿Quizás son nuestros adversarios extranjeros que dieron un salto tecnológico?». Aunque Rubio no duda de la complejidad del asunto al comentar: «No estoy seguro de que para el 1 de junio hayan llegado a una conclusión concreta sobre lo que están investigando, y puede haber más preguntas, en vez de respuestas completas». Pero inmediatamente agregó de forma enérgica: «Puedo decirles que se está tomando el asunto más en serio que nunca». Luis Elizondo, por su parte, expresó que » ha habido tanto tabú público sobre esto durante décadas, que nadie quiere arriesgar su carrera profesional y la de sus jefes en un rema como este sin ser dirigido». También habló sobre ciertos obstáculos y trabas a la investigación, lo que él denomina «resistencia pasiva», que sería destinar pocos recursos o personal para la recopilación de información.
Algunos especialistas creen que esta falta de cooperación entre diferentes agencias obedece al lógico deseo de proteger información sensible que podría beneficiar a los adversarios si se hiciera pública. De todas formas, una atmósfera de secretismo rodea los detalles sobre este grupo de trabajo OVNI, y ni siquiera ha hecho público el presupuesto ni cuantas personas integran esta comisión. Elizondo cree que hay muy pocas posibilidades de que la tarea se pueda completar para junio de 2021. Mellon es de similar opinión, aunque desde su punto de vista lo importante es que los lideres de ambos partidos parece que se están tomando el tema en serio.
ENTIDADES DE OTRAS DIMENSIONES
Aunque en sus primeras intervenciones públicas Luis Elizondo se mostró muy prudente y comedido a la hora de exponer su opinión sobre el origen de los OVNIS, en sus últimas apariciones ha ido revelando cada vez más información. Durante una entrevista concedida al programa Fox & Friends, del canal de televisión Fox, explicó que la metodología que se utiliza en el programa OVNI del Pentágono es la misma que se despliega sobre terrorismo y otros tipos de amenazas importantes, siempre con la finalidad de evaluar la naturaleza de unos fenómenos aéreos no identificados que, sin duda, son «reales» y «convincentes»: «Estamos viendo estos, llamémosles vehículos si se quiere, que están incursionando en el espacio aéreo de los EE UU y que están mostrando características de rendimiento que están francamente más allá de cualquier cosa que podamos replicar, o en algunos casos, realmente entender». Durante el transcurso de otra entrevista fue incluso más allá, al afirmar que quizás es un error atribuir el origen del fenómeno OVNI a naves extraterrestres, porque no resulta descabellado que puedan proceder de otras dimensiones.